Del mar a tu mesa: proceso de elaboración de la sal

El agua del mar, llena de vida y minerales, es el punto de partida para la creación de uno de los ingredientes más esenciales en nuestra cocina: la sal.
Todo comienza con la captación del agua de mar. Se seleccionan cuidadosamente zonas donde la pureza del agua garantice la calidad del producto final. El agua se recoge en grandes piscinas llamadas salinas, donde se deja reposar y evaporar bajo el calor del sol y la brisa marina.
A medida que el agua se evapora, los minerales y las impurezas se concentran, dando paso a la cristalización de la sal. Este proceso puede llevar semanas o incluso meses, dependiendo de las condiciones climáticas y del tamaño de las salinas.
Una vez que la sal ha cristalizado por completo, se recoge cuidadosamente utilizando herramientas especiales. Estos cristales de sal se conocen como sal marina sin refinar. Su textura y sabor varían dependiendo de la ubicación geográfica de la salina, lo que le confiere matices únicos y características distintivas.
La sal marina sin refinar se somete a un proceso de lavado para eliminar cualquier impureza remanente. Luego, se seca minuciosamente para asegurar su conservación y estabilidad. Este proceso garantiza que la sal llegue a tu mesa en perfectas condiciones, lista para realzar el sabor de tus platos favoritos.
La próxima vez que sazones tus alimentos, recuerda el fascinante proceso que hay detrás de la sal que llega a tu mesa. Y si deseas adquirir sal de calidad, no olvides visitar la tienda online de Beep Beep. ¡Haz clic en el enlace y descubre nuestra selección amplia selección de productos!
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